Un
buscador espiritual viajó a India en su afán por encontrar y
entrevistar a un verdadero iluminado. Viajó durante meses por el país,
se trasladó de los Himalayas al norte, al cabo de la Virgen; visitó
Benarés, Bengala, Calcuta... Recorrió montañas, dunas, desiertos y
pueblos. Recabó mucha información y, por fin, según todos los
testimonios, halló un verdadero hombre iluminado, un ser realizado. ¡Por
fin podría llevar a cabo su ansiado encuentro!
El canto de los pájaros iluminaba el silencio de una tarde apacible y el hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y, tras un silencio, preguntó:
--Antes de que usted hallase la iluminación, ¿se deprimía?
--Oh sí, claro, a veces -repuso tranquilamente el hombre.
El buscador hizo una segunda pregunta:
--Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces?
-- Oh sí, claro, a veces, pero ya ni me importa... ni me incumbe.
(texto recogido de internet..)
El canto de los pájaros iluminaba el silencio de una tarde apacible y el hombre realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y, tras un silencio, preguntó:
--Antes de que usted hallase la iluminación, ¿se deprimía?
--Oh sí, claro, a veces -repuso tranquilamente el hombre.
El buscador hizo una segunda pregunta:
--Dígame, y ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces?
-- Oh sí, claro, a veces, pero ya ni me importa... ni me incumbe.
(texto recogido de internet..)
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